Trucos para una mejor fotografía de bebés

La fotografía de bebés es de los ejercicios fotográficos más apasionantes que conozco. Es, a mi juicio, la rama de retrato con resultados más gratificantes que hay para el fotógrafo. La complicidad que te da un bebé con su rostro puro, natural y espontáneo la encuentras en muy pocos adultos.

Dicho esto, para muchos fotógrafos aficionados fotografiar un bebé es casi una misión imposible. Fotografiar un bebé por primera vez puede presentar ciertas dificultades. En este post me gustaría darte algunas astucias, trucos y consejos que te encaminarán hacia una fotografía de bebé más fácil y mejor lograda. Verás que, una vez sabido el truco, este tipo de fotografía no es tan difícil como pudiera parecer en un principio.

Fotografía de bebés
Foto de f-l-e-x

Tu cámara

Fotografía de bebés
Foto de Tampa Band Photos

La cámara es la base. Si no hay cámara, no hay foto. Y no, aquí no voy a decir que para lograr una buena fotografía de bebé hace falta tener una cámara profesional de 2.000 Euros. Nada más lejos de la verdad. Lo único que necesitas tener es una cámara. Cualquier cámara, si conoces el truco, te sirve. Lo que sí has de saber es el modo y los ajustes con que se tiene que configurar para poder obtener un disparo óptimo.

 Verás: los bebés, por naturaleza, son criaturas movedizas. Estos monstruitos no entienden aquello de “Etsssshhh, quieto ahí grandullón, no no, no te muevas anda, quédate quieto”. Nada. Por mucho que le insistas, tu bebé no se tomará la molestia de estar quieto un par de segundos mientras le sacas la foto. La consecuencia es que, lamentablemente, la foto te saldrá muy movida y borrosa.

¿Puedes solucionar esto? Bueno, hacer que se quede quieto no, no puedes. Hacer que la foto salga nítida a pesar de los movimientos de tu pequeño sí, puedes, tranquilamente y sin despeinarte.

La jugada consiste en configurar tu cámara en el modo manual (o semimanual al menos). En el modo de disparo manual (con símbolo “M” en la mayoría de las cámaras) puedes escoger la velocidad de disparo, ahí le indicas a la cámara que efectúe el disparo lo más rápidamente posible. Normalmente, a mayor rapidez de disparo, menos probabilidad tendrá la cámara de captar ese movimiento indeseado.

Tu Lente

La mayoría de las fotos que te dejan boquiabierto, sin aliento, son mérito del objetivo. El objetivo dibuja la foto y la cámara la registra. El objetivo, la lente, el cristal o prisma es el responsable de que veamos ciertas cosas o sujetos con la belleza con la que los vemos. Si quieres triunfar con una buena fotografía de bebé ve buscando un buen objetivo que valga la pena. Cualquier objetivo indicado para retratos te puede servir, pero si quieres mi consejo búscate un objetivo que tenga una gran apertura de diafragma. Si consigues dar con uno que tenga entre un f/1.8 y un f/1.4 de apertura obtendrás unas fotos que ni tú mismo te lo vas a creer. Este tipo de objetivos son excelentes ya que destacan la ternura de la cara del sujeto, bebé en este caso, proporcionándolo un enfoque exquisito, a la par que desenfocan el fondo que hay detrás o debajo de él.

Por si tuvieras dudas todavía, estos objetivos que te comento permiten también la entrada de una generosa cantidad de luz. La luz siempre favorece los retratos, aporta alegría y amplitud a la foto. Esto, por otro lado, tiene un efecto positivo: al hacer tus fotos con mayor rapidez (¿te acuerdas que en el apartado anterior te recomendé hacerlas con mayor velocidad de disparo?) lo normal es que salgan un pelín oscuras, a menos que emplees un objetivo de gran apertura como estos que te comento.

Tu bebé

Hay aspectos relacionados directamente con el bebé al que queremos retratar que influirán inevitablemente en la calidad de la fotografía o sesión. Se trata de la faceta sicológica del bebé que, si sabes tratar, jugará a nuestro favor a la hora de realizar la fotografía. A continuación te dejo algunos trucos:

La panza es lo primero: Si tienes dificultades para conseguir que tu bebé se quede quieto para la foto, aprovecha uno de esos momentos justo después de alimentarlo. Les pasa como a los adultos, que después de tomar su buena ración de comida (leche en su caso) experimentan un estado de relajación y empiezan a dar cabezadas, para acabar entregándose a una plácida siesta. Es el momento esperado. Saca la cámara y líate a hacer fotos. Estos momentos en que el bebé empieza a dormitar son únicos: estará quietecito, le podrás sacar su lado más tierno y dulce, o hasta su lado más gracioso si le pillas bostezando.

Fotografía de bebés
Foto de peasap

La cámara es un divertido juguete: Cuando están despiertos, pero muy despiertos digamos, a veces no hay manera de hacerles mirar a la cámara. Cualquier cosa les distrae. Si intentas llamar la atención de tu bebé para que mire hacia la cámara, con suerte conseguirás que mire medio segundo, luego se irá a otra cosa. A menos que… convirtamos la propia cámara en un juguete. No, espera, no cualquier juguete, sino su juguete favorito. Hazte con su joya más preciada en materia de juguetes o muñecos, etc. y colócasela al lado de la cámara, por ejemplo encima de la zapata flash.  Si puedes hacer estos preparativos a escondidas mejor, así conservas el factor sorpresa. Ahora enfócale, y llámale. Haz que note su juguete. Irá hacia él disparado. Si no gatea aún, levantará la mano hacia la cámara, lo cual te proporciona una oportunidad única de captar un retrato muy expresivo de tu bebé.

Los destellos no molan: El flash es el mayor enemigo de los bebés. Les asusta, puede que no lloren pero ya les predispone a estar en un estado sicológico alterado. Si puedes, desactiva el flash de tu cámara antes de disparar la fotografía. Por cierto, desactivar el flash te ayudará a conseguir el siguiente consejo también.

Camúflate: Hazte un hueco entre el sofá y el aparador, colócate debajo de la mesa del comedor, camúflate con una manta o lo que tengas a mano antes de empezar a disparar. Desaparecer de la vista del bebé te ayudará a no distraerle, conservarás la pureza del instante que retratas y conseguirás fotografías extremadamente naturales y espontáneas.

¿Y si tú mismo formases parte del encuadre? La fotografía no dejará de ser de bebé porque aparezcas tú en ella. No le quitarás protagonismo en absoluto. Todo lo contrario. Formas parte del contexto en que vive tu bebé, y el que aparezcas junto a él en una foto reforzará el mensaje o historia de la misma. 

Fotografía de bebés
Foto de liquene

Además, coger a tu bebé en brazos, tumbarte con él en el suelo o sofá, o estar simplemente juntos te facilitará la tarea de fotografiarlo. ¿Cómo? Gracias a un disparador remoto o mediante la función de disparo retardado que llevan la mayoría de las cámaras, podrás darte el tiempo de coger a tu bebé, dirigirlo en la posición que más le favorezca, señalarle con el dedo a la cámara para que mire hacia ella, o simplemente jugar con él de manera distendida hasta que veas el momento. En cuanto esté todo alineado para la foto, disparas. Esto te libera de tener que estar detrás de la cámara sujetándola todo el rato, y te permite como decía interactuar con tu bebé en busca de ese momento espontáneo en que simplemente disparas el obturador, y… foto para el recuerdo.

¿Has intentado alguna vez fotografiar a un bebé? ¿Te sientes identificado con las situaciones que acabo de describir? ¿Te han resultado interesantes los trucos y consejos que te he traído en el artículo de hoy?

Feliz fotografía.

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