Cuando me preguntan que por qué corro me vienen muchas respuestas a la cabeza. Corro para mantenerme activa, desestresarme, disfrutar, romper barreras, desconectar y reconectar de nuevo. En definitiva, corro porque corriendo le doy sentido a mi vida.
Y mientras corro busco el sentido de lo que estoy haciendo acompañándome de una melodía que se acaba convirtiendo en la banda sonora de mis pasos. Cada zancada que doy la acompaño con una nota que hace que cada metro recorrido tenga un valor inimaginable. El valor del esfuerzo, de la superación y del sacrificio. Porque personalmente no entendería el deporte sin estas tres palabras.
Desde hace unos meses mis entrenos han tomado un ritmo distinto gracias a mis nuevos auriculares con bluetooth BTS30 de Panasonic. Antes no solía entrenar con la música a cuestas.
El tema de llevar cables colgando y demás me resultaba un pelín incómodo, pero estos nuevos auriculares me permiten ir conectado a mi propia banda sonora, escuchando mi música favorita y con una combinación inigualable de calidad de audio y comodidad.
Con el tiempo acostumbramos a convertir nuestros entrenamientos en una acción rutinaria. Ahora, durante los entrenos me colocó los auriculares Panasonic y me sumerjo totalmente en el ritmo de las canciones que van sonando. Cómodos, ligeros, prácticos, no hay mejor aliado para llevar conmigo durante las largas sesiones de entrenamiento. Me están ayudando en los estrictos entrenos de triatlón que estoy preparando esta temporada, me dan fuerza para seguir superándome y me invitan a no rendirme.
Con mis nuevos auriculares he descubierto que la música es una gran fuente de motivación para avanzar y de inspiración para sacar la mejor versión de ti mismo. Y gracias a ellos, estoy preparando con más fuerza y energía mi próximo reto, la Triatlón de Arenys de Mar.
Son muchos los años que me he dedicado a la competición de alto nivel, durante 12 años de mi vida estuve dedicada en cuerpo y alma al patinaje artístico sobre ruedas. A día de hoy, lucho para superarme dentro del mundo del triatlón. Desde hace un tiempo, me he lanzado al arte del triatlón, más duro pero mucho más variado y divertido que aficionarse al running puro y duro.
Sinceramente en mis entrenamientos para las triatlones son muchos los momentos cuando estoy al límite en los que me planteo no seguir, abandonar, tirar la toalla, pero siempre hay una fuerza interior que me lo impide y me obliga a seguir luchando. Y la música siempre está ahí, para hacer que estos momentos se vuelvan mágicos y se queden anclados en nuestra memoria como un bonito recuerdo de superación.
Y es que el running, al igual que la música, es una terapia. Y qué mejor medicina que juntar las dos en un mismo momento y dejarte llevar mientras das lo mejor de ti.