El uso de los aparatos de aire acondicionado ha dejado de ser un lujo en muchos lugares de España, convirtiéndose en un electrodoméstico básico para garantizar el confort de los espacios habitados en los días más calurosos del verano.
Sin embargo se trata de un aparato con un alto consumo energético, ya que un modelo estándar de 3.000 frigorías/hora puede llegar a consumir hasta 1,5 kWh: por eso es muy importante tener en cuenta algunos aspectos relacionados con su compra y su funcionamiento que pueden ayudarnos a hacer un uso más eficiente, ahorrar dinero y ayudar al planeta.
Si vamos a comprar un aparato nuevo es recomendable optar por aparatos de tecnología Inverter y con etiqueta energética de clase A o superior, pues hay modelos que, a pesar de ser más económicos en el acto de la compra, pueden consumir hasta un 70% más electricidad que otros similares, comiéndose el margen de diferencia de precio en apenas unos meses.
No hay que olvidar, además, que los aparatos deben ser instalados por profesionales. La unidad exterior debe ir a las fachadas norte o en patios sombríos, con un protector encima que evite la radiación solar directa y procurando que no quede muy separada de la interior, pues a más distancia, más consumo. Y un aspecto básico: ¡es imprescindible situar el termostato lejos de las fuentes de calor o la radiación solar!
Según los expertos del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía del Ministerio de Industria (IDAE), alcanzados los 24 grados de temperatura de confort en el interior de los espacios habitados, por cada grado de temperatura inferior que forzamos a bajar al aparato el consumo de energía aumenta un 7%, mientras las emisiones de CO2, relacionadas con el calentamiento global que sufre el planeta, aumentan un 20%.
Si hablamos de dinero para una vivienda de 100 metros cuadrados equipada con un aparato de aire acondicionado, de tener el aire acondicionado a 21 grados a ponerlo a los 24 que recomienda el IDAE, temperatura lo suficientemente confortable, el ahorro en el recibo de la luz podría rondar los 30 euros durante los meses de verano.
Y si hablamos de salud, los médicos alertan de que una diferencia de temperatura con el exterior superior a 12 grados no es saludable, ya que a las sensaciones de asfixia y sopor pueden suceder enfriamientos repentinos causantes de resfriados y otras dolencias mucho más severas como consecuencia del choque térmico. Ah! y recordemos que es muy arriesgado dormir bajo un aparato de aire acondicionado en marcha. En caso de necesidad, siempre debe dejarse en función ventilador.
Existen aparatos alimentados por placas solares (lo que se conoce con el singular nombre de Frío Solar) que permiten el autoabastecimiento a partir de esta energía limpia y renovable: la opción ideal.
Y un último apunte: hay que limpiar regularmente los filtros (cada dos semanas cuando funciona a pleno rendimiento) pues un filtro sucio, además de empeorar la calidad del aire que respiramos, eleva el consumo de energía de manera absurda.
Aire acondicionado sí, pero con sentido común.