Aleyda y Ariadna, las bloggers de EligeNuestraAventura, aterrizan en el continente americano con una nueva foto. Y esta vez lo hacen en la maravillosa isla de Rapa Nui, donde los famosos moais dan la bienvenida a sus visitantes.
¡Aquí tenéis la foto del mes!
País: Chile
Población: Rapa Nui
Día: 05-05-2012
Hora: 15:54
Localización: Rano Raraku
Modelo: Lumix DMC-GF2
Objetivo: 14-42mm
Apertura: 5.6
Velocidad: 1/160
ISO: 100
F= 14.0 mm
Balance de blancos= Auto
Rapa Nui era uno de los pocos destinos que teníamos claros antes de empezar nuestro viaje. Los misterios de esta isla nos han seducido desde que éramos niñas y estábamos ansiosas por conocer a sus habitantes más antiguos, los moais. Los moais son esculturas de piedra que pueden llegar a medir hasta 21 metros, están esculpidas en una sola pieza y nadie sabe con certeza cómo consiguieron transportarlas desde la cantera hasta donde están actualmente.
Durante nuestra estancia en Rapa Nui, fuimos a visitar el volcán Rano Raraku, conocido coloquialmente como “la fábrica de moais”, que es el lugar donde los esculpían, directamente en la ladera de la montaña. Rano Raraku es un lugar realmente mágico, en el que mires donde mires cruzarás la mirada con un moai majestuoso, cuya misión parece que sea vigilar su isla desde todos los ángulos.
Elegimos el objetivo 14-42mm de nuestra Lumix DMC-GF2. Al podernos acercar cuanto quisiéramos a los moais no necesitábamos el teleobjetivo y, como las condiciones de luz eran buenas, no hacía falta uno más luminoso. Nos decidimos a usar el blanco y negro por dos motivos: era un día nublado y, por lo tanto, los colores no son tan saturados ni con tanto brillo como los días soleados. Por otro lado porque cuando miramos a los moais nos transportamos algunos siglos atrás, en la época en que los esculpían y la isla era muy diferente. El blanco y negro ayuda a ponernos en contexto.
Anécdota: Todos los moais de Rano Raraku están enterrados, lo único que les queda visible es la parte superior del torso y la cabeza, que tiene una proporción de un tercio de su cuerpo. ¿Por qué los enterrarían en ese lugar? ¡No los enterraban! La erosión del viento y la lluvia durante tantos siglos ha movido la tierra suelta que almacenaban en la cantera para poder levantarlos, y finalmente han quedado bajo tierra. Dicen que hay centenares que no vemos, que están totalmente enterrados, pero los científicos han decidido dejarlos donde están ya que de esta manera no se ven atacados por el salitre y los líquenes y se conservarán durante muchos más años.
