Más allá de los grandes edificios de Gaudí, de las Ramblas y de la masificación de la Ciudad Condal, Barcelona está llena de lugares sorprendentes que no te esperas.

Sólo hay que darle una oportunidad al resto de la provincia para descubrirlos.

Descubre 7 Lugares que no pensabas que podrías encontrarte en la provincia de Barcelona

1. Delta del Llobregat

No te imaginas lo que se esconde debajo de tu avión a llegar al aeropuerto de El Prat.

Si te dijéramos que hay una reserva natural llena de flora y de fauna, y que los animales no se han vuelto locos con el sonido de los aviones aterrizando al ritmo de uno cada cinco minutos… pensarías que te estamos tomando el pelo.

Pues no.

Esa reserva está ahí, hablamos de los espais naturals del delta del Llobregat. Un paseo que te llevará desde los estanques hasta las playas pasando por pinares, rodeado por decenas de especies de aves y peces. Hasta caballos podrás encontrar. Tanta naturaleza que, como ellos, acabarás por ignorar el ruido de los motores sobre tu cabeza.

Fotografía realizada con una Lumix G80

 

2. Locomotoras de Vapor

Siguiendo por la costa hacia el sur, en Vilanova i la Geltrú, se encuentra la colección de locomotoras de vapor más importante de Europa. Y no sólo locomotoras de vapor, también diesel y eléctricas. Pero, lo que te hará saltar a tu infancia son los anuncios de televisión de RENFE de hace más de 30 años: ¡vuelven las hombreras y los cardados!

Ya que te has acercado a Vilanova i la Geltrú, no puedes dejar de probar sus famosas gambas rojas, de asomarte a una subasta de pescado en la lonja o de dar un paseo en barco hasta la preciosa Sitges.

Fotografía realizada con una Lumix G80

3. Miravinya

Seguro que has oído hablar de los vinos del Penedès pero ¿sabías que hay una silla gigante desde la que admirar los viñedos con la montaña de Montserrat al fondo? Se llama La Cadira.

Está en Torrelavit y forma parte de los cinco miradores de viñedos de la comarca: Miravinya, ¡no podrían tener un nombre más descriptivo!

A pesar de que desde todos se disfrutan de unas vistas la mar de “enológicas”, es éste en concreto el más sorprendente.

Fotografía realizada con una Lumix G80

4. Tinas

Siguiendo con la temática enoturística, en nuestro último paso por la provincia descubrimos la historia viva del vino: las tinas de la vall del Flequer. De entrada nos parecieron construcciones defensivas medievales, casi castillos medievales.

Hasta que nos explicaron que no eran tan antiguas: tenían alrededor de 200 años.

Los payeses, para evitar el transporte de la uva una vez recogida hasta las bodegas, construyeron estas estructuras donde la almacenaban y elaboraban el vino. La llegada de la filoxera acabó provocando su abandono y no ha sido hasta hace pocos años que se han vuelto a descubrir… y hasta se ha vuelto a usar alguna.

Fotografía realizada con una Lumix G80

5. Mura

Muy cerca de la ruta de las tinas se encuentra el pueblo de Mura.

Al igual que les pasó a ellas, la filoxera también le golpeó duramente. Tanto que todavía recuerdan el dicho de la época de pobreza posterior “Mura, Talamanca y Rocafort, tres pobles de mala mort”. Quién sabe si aquella desgracia no se convirtió con el tiempo en su mayor activo.

Los edificios de Mura se quedaron anclados en el tiempo y hoy no dejan de atraer a los visitantes que buscan la tranquilidad que sólo la piedra antigua puede ofrecer. Bueno, tranquilidad y gran cantidad de restaurantes en los que darse un buen homenaje.

Fotografía realizada con una Lumix G80

6. Plaza Mayor de Vic

La antigüedad siempre nos atrae así que… ¿Una gigantesca plaza que conserva su piso original de tierra y que acoge un mercado al aire libre dos veces por semana?

Sí, en Vic.

Se trata de la Plaza Mayor de la ciudad y, en ella, se celebra el mercado desde la Edad Media. Tan orgullosos están los vicenses de sus costumbres que hay ordenanzas municipales para regular desde la forma de los tenderetes hasta los productos que se ponen a la venta.

Fotografía realizada con una Lumix G80

7. Vallcebre

Empezábamos con naturaleza bajo las ruedas de los aviones y acabamos con una vista de los Pirineos desde Vallcebre.

Sí, a menos de dos horas en coche desde la Ciudad Condal se puede disfrutar de las montañas.

Nosotros nos lanzamos a hacerlo de una forma la mar de activa: con una vía ferrata. Casco, arnés, mosquetones… y no por estar trabajando en las torres de la Sagrada Familia.

Fotografía realizada con una Lumix G80

Esto es sólo el principio, Barcelona está llena de lugares eclipsados por su capital que merecen una visita.