En una Smart Home, lo normal es encontrarnos con un control de iluminación. Es uno de los elementos que primero se suele optar a controlar, y casi siempre esta monitorización está asociada a la regulación de la intensidad y las escenas.
Pero a día de hoy cientos de investigaciones nos han demostrado el gran impacto que tiene la intensidad, la temperatura y el color de la luz en el estado anímico y las emociones humanas, y es que quien tienen el poder de controlar la luz en todas sus características, tendrá el poder de controlar las emociones.
Si sumamos el control de la intensidad, la temperatura y el color a un diseño inteligente y meticuloso en la distribución estratégica de puntos de luz nos dará el poder de cambiar de ambientes y emociones en un click, como si de magia se tratara.
Para trabajar con ello tenemos que tener bastante claro cómo afecta cada uno de sus parámetros en nuestras emociones y estado. A través de este artículo veremos de forma abreviada como influye cada característica de la iluminación en el ser humano.
1º LA INTENSIDAD
Como indica el nombre de la propia característica se trata de darle más o menos intensidad a la emoción o estado anímico.
Si queremos darle mayor emoción a algo positivo, subimos intensidad la iluminación. Que nos encontramos en una situación negativa, y queremos disminuir esa sensación, o queremos bajar la energía de la sala, bajamos intensidad.
2º LA TEMPERATURA
Aquí veremos los tres principales rangos que se suelen trabajar los fabricantes de bombillas, y que especifican en sus lámparas:
Luz Cálida (2600K a 3400K): Nos genera sensación de armonía, calidez y relajación.
Luz Fría (3600K a 4900K): Está temperatura nos provoca actividad y estímulo.
Luz de día (5000K a 7000K): Crea sensación de frescura e higiene.
Hay una nueva generación de Leds que te da la oportunidad de hacer una regulación de temperaturas pudiendo obtener la temperatura que deseemos, esto se consigue gracias a la mezcla y la regulación de una luz cálida y una luz fría, en la misma luminaria.
3º EL COLOR
El Rojo genera Pasión y Fuerza.
El Verde nos proporciona Serenidad.
El Azul está relacionado con el Bienestar y la Confianza.
El Naranja nos inspira Confianza y Diversión.
Y el Violeta nos ayuda a concentrarnos más.
El Rosa nos llena de Ternura.
Habiendo visto de forma genérica los conceptos, podemos poner un ejemplo de cómo nos puede ayudar a tener el control de todas las características de la iluminación, para influenciar en las emociones con un objetivo en concreto.
Pongamos el ejemplo de que tenemos que comunicarle a alguien una decisión que le puede hacer enfurecer. Lo primero para evitar reacciones fuertes, bajamos bastante la intensidad de las luminarias, para ello las ponemos en un tono cálido para crear una sensación de armonía y relajación. Y le damos un toque de verde en algún lugar de la sala para aportar toques de serenidad en la persona. No nos garantiza que no se enfurezca, pero si nos garantiza que bajará mucho su impacto y su reacción.
Este control avanzado lo podemos combinar también con horarios, época del año, etc., Por ejemplo, una reproducir lo que sucede fuera en una sala sin iluminación exterior para generar una mejor sensación de bienestar. En el argot se le llama reproducir el ciclo circadiano, y cada vez empieza a sonar más en el sector gracias a los beneficios psicológicos que genera.