Ya tenemos de nuevo la ganadora de la foto del mes. Después de Laos llega… ¡Cambodia!
Aquí la tenéis. ¿Qué os parece?
País: Cambodia
Población: Kampi
Día: 10/09/2011
Hora: 12:23
Localización: Punto de observación de los delfines de Irawadi
Modelo: LUMIX DMC-GF2
Objetivo: 45-200
Apertura: 7.1
Velocidad: 1/500
ISO 100
f=45.0 mm
Balance de Blancos: Auto
El delfín de Irawadi es el único de su especie que habita en aguas dulces. Actualmente es una especie en peligro de extinción que tan sólo se puede divisar en puntos muy concretos del planeta.
Uno de los puntos donde se pueden ver con mayor facilidad es en Kampi, Cambodia, a unos 15 Km de la ciudad de Kratie. Estos simpáticos delfines se caracterizan por ser muy tímidos y, por lo tanto, difíciles de ver, así que después de intentar sin éxito conseguir una buena fotografía de los delfines, nuestra atención se desvió hacia un niño que nos observaba tímidamente sin entender muy bien por qué este grupo de turistas se empeñaban en hacerle fotos a un delfín que apenas sale unos centímetros del agua, y que seguramente, él veía cada mañana mientras se entretenía pescando en el río Irawadi.
El día de la visita a Kampi fue una típica mañana lluviosa y gris de monzón, así que los colores en estas condiciones no son demasiado agradecidos, y por esa razón elegimos un contra luz en blanco y negro al editar la foto. Con la LUMIX DMC-GF2 tienes la posibilidad de disparar en RAW y jpg. de diferentes calidades. De esta manera puedes editar el RAW con el software de edición de la cámara (SILKYPIX) sin perder calidad, ya que el RAW lo podríamos comparar con el “negativo de la fotografía analógica”.
Anécdota: Lo que suelen hacer la mayoría de turistas que se acercan a conocer al delfín de Irawadi es contratar un barco para recorrer las aguas persiguiendo a los tranquilos delfines. Un contacto de Valérie (una de nuestras compañeras en Cambodia) nos explicó que era más fácil dirigirnos a un punto de la orilla del río, donde podríamos verlos sin alterar su hábitat si teníamos un poco de paciencia. Y así fue, nada más llegar empezaron a salir tímidamente estos delfines, y cuando los motores de las barcas ahuyentaban a estos pobres animales, más se acercaban a nuestra orilla.
