En fotografía de retrato es tremendamente fácil conquistar al espectador e impresionarlo siempre y cuando conozcamos y apliquemos algunos métodos y trucos. Pequeños gestos a veces son responsables de grandes efectos. Si los analizas, muchos retratos “impactantes” deben su triunfo a aspectos que pasan desapercibidos por la mayoría de los mortales, pero que un buen fotógrafo retratista tiene que conocer y dominar.
Para un retrato diferente hay que hacerlo todo diferente
Cuanto más te alejes de lo típico, tradicional, frecuente y común en un retrato, más destacará tu fotografía: dispara desde perspectivas inusuales, desde el suelo por ejemplo, o desde un ángulo atípico en un retrato. No te conformes con fotos hechas de frente. Dispara tus retratos con el sujeto mirando a la cámara de perfil, o mejor aun, no mirando a la cámara en absoluto.
Si en un retrato típico y normal el sujeto está de pie, o a lo sumo sentado en un sillón, haz que tu sujeto se siente en el suelo raso o que se tumbe. Combina la pose del sujeto con un ángulo de disparo poco común: conseguirás fotos inusuales con una gran carga íntima, divertida, o del tipo que te propongas.
Retrata emociones, no personas
Un retrato personal es un retrato pobre, una fotografía que sólo tiene sentido y contenido en el contexto personal del sujeto al que representa. En vez de retratar personas concretas con nombre y apellido, retrata más bien emociones, sentimientos e historias. Está bien conseguir un retrato en el que el sujeto salga guapo o físicamente mejorado, pero los retratos que encierran algo de magia van más allá del sujeto en particular y alcanzan contagiar el espectador con una idea, emoción, valor o sentimiento. Cuando mires a tu modelo para fotografiarlo, busca en ella o en él el valor o principio que quieres destacar, y retrátalo.
Luz para dominar las emociones
La luz es un importante utensilio del que tus retratos se pueden beneficiar mucho. Una luz suave y difuminada por ejemplo te ayudará a difundir un ambiente de armonía y de tranquilidad en tus retratos. Una luz, en cambio, más pronunciada y con sombras agresivas hará que el espectador sienta emociones más alteradas, de fuerza y de excitación.
También la luz tenue del amanecer o los dorados rayos del sol durante el atardecer te ayudarán a producir unos retratos mucho más emocionantes, llenos de vida y de sentimientos.
El blanco y negro es tu mejor aliado
Es mucho más fácil causar impresión con un retrato en blanco y negro que con uno en color. La razón es porque sencillamente las fotos en color suelen contener demasiados elementos accesorios (colores de la ropa, accesorios ajenos al sujeto, detalles de segundo plano, etc.) que desvían la tención del espectador del sujeto y de la idea principal. El blanco y negro simplifica la fotografía y ayuda a fijar la atención en elementos como el sujeto, el contraste, el encuadre, etc.
Por otro lado, los humanos tenemos una especial debilidad emocional por los retratos hechos en blanco y negro. La ausencia de color activa un sentimiento de nostalgia que intensifica cualquier idea o emoción contenida en el retrato.
La próxima vez que te propongas hacer un retrato tómate el tiempo de planificarlo e intenta jugar con alguna de las ideas que te acabo de proponer. El resultado te sorprenderá gratamente.
