Las aves están muy presentes en mis dibujos y pinturas así como el Parque Nacional de Doñana y su entorno, el lugar donde más tiempo he pasado dibujando aves en las últimas dos décadas.
Para aproximarme a ellas sin molestarlas utilizo un telescopio terrestre, un elemento indispensable en mi equipo de trabajo. En ocasiones, instalo el estudio en el interior de mi vehículo, de ese modo mi presencia pasa más desapercibida y las aves permanecen confiadas a menor distancia.
Flamencos alimentándose, agachadizas y cucharas comunes que, descansando rodeados de otras especies como moritos, avocetas y cigüeñuelas, fue lo que encontré en esta ocasión.
Cada salida al campo es una oportunidad para nutrirme de imágenes que me inspiren y motiven nuevas obras. Con ayuda del telescopio terrestre, realizo bocetos y apuntes utilizando grafito y acuarelas. Disfruto del sonido y el movimiento de centenares de aves en un espectáculo único. Siempre que puedo también tomo fotografías y videos.
Hasta hace algún tiempo, siempre que necesitaba tomar alguna imagen de las aves a través del telescopio, utilizaba una cámara digital réflex y un adaptador. Los resultados eran buenos aunque este sistema tenía dos inconvenientes. La dificultad de combinar observación y fotografía de una manera cómoda, y por otro lado, que el grado máximo de aproximación no superaba los 20x.
Con la Panasonic Lumix DMC FZ72 las cosas han cambiado. Esta cámara está dotada de un zoom de hasta 60 aumentos ópticos, uno de los más potentes del mercado, así como de un estabilizador de imagen que me permite tomar fotografías de aves en movimiento así como vídeos en calidad HD.
Así, junto a mis bocetos, me llevo una pequeña parte de la magia de este lugar que me permitirá seguir trabajando en mi estudio.
