Con las olas en la retina, el ciclista viajero cabalga transformándose en paseante dominguero, desde la playa del Campello hasta el mismo corazón de Alicante ciudad.
Fotografía realizada por Lumix GH3
Para mi, el corazón está en el puerto, y esté es grande como el navío/restaurante La Santa Trinidad que reposa atracado desde hace un par de años.
Ona tras su nueva configuración que la hace más larga e imponente se atreve a comparar tamaños. De salida parece que pierde la partida, pero va remontando cuando la gente la mira más a ella que al Navío.
Fotografía realizada por Lumix GH3
Además de la excelente red de alojamiento para viajeros Couchsurfing, también hay una específica para ciclistas llamada Warmshowers, donde contacto con Erenst, que viene en su bicicleta a buscarme hasta la ciudad y guiarme rumbo a su Santa Pola por el mejor y más salvaje camino posible.
Casi a la llegada lanzo tres fotos para “coser” a posteriori en una panorámica que capture el enésimo atardecer bonito.
Fotografía realizada por Lumix GH3
Encaramados en las laderas de Santa Pola disfrutamos de una luna, que hace de faro a una isla que parece surcar lentamente el Mediterráneo, la pequeña isla Tabarca que visitaremos al día siguiente.
Nos acercamos en barca a Tabarca. Dormida en invierno, pero con el pulso suficiente para que el pueblecito que esconde se mantenga sano y listo para el verano y sus turistas.
Fotografía realizada por Lumix GH3
Fotografía realizada por Lumix GH3
Mientras tanto, las gaviotas y cormoranes son los dueños del cielo y del lugar mientras de las callejuelas, ya se encargan los gatos.
Los cuatro habitantes conviven con los cuatro operarios que remiendan los descosidos que provocan las inclemencias de la “alta mar”.
Tabarca, además de los oleajes, ha resistido a los romanos, los corsarios bereberes, el abandono, la reconstrucción, el amurallado o el turismo.
Fotografía realizada por Lumix GH3
Llegó a tener una escuela de fareros e incluso un monstruo de leyenda que atacaba a los tabarquinos por las noches. Estos días de invierno, los restaurantes que dan la bienvenida a las puertas de pueblo son el inevitable centro de atención para visitantes y perros, gatos y aves.
Volvemos a Santa Pola dejando a Tabarca como un sueño que queda atrás. La relajada vida de la pequeña Santa Pola parece una gran ciudad al lado de la calmada micro-isla. Damos un último paseo por las playas, donde vemos a las garzas, pescadores, gaviotas y barcos pelearse por los peces despistados.
Fotografía realizada por Lumix GH3
Al día siguiente toca volver a las dos ruedas rumbo a la comunidad murciana y su capital. Ernest y otros amigos cicloturistas me hacen de guías y escoltan por caminos tranquilos entre las huertas que hacen de frontera difusa de las dos regiones.
Fotografía realizada por Lumix GH3
Fotografía realizada por Lumix GH3
El perfil de Monteagudo al atardecer confirma la llegada y pone el broche al caracoleo cicloturista. La luna aparece, el viento calma y las palmeras se relajan como mis piernas.
Estoy a tiro de piedra de el pueblo de mis abuelos, Alhama de Murcia, donde la familia espera con unas típicas migas bajo el brazo.
Fotografía realizada por Lumix GH3
Reposaré unos días en “el pueblo” antes de encarar un nuevo tramo con cambios importantes y emocionantes, pero eso os lo cuento en el siguiente capítulo de mi Vidaje 😉