¿Cuántas veces no has podido hacer una foto porque no había manera de que cupiera todo dentro del encuadre?
El mundo está lleno de plazas, edificios altos en calles estrechas, miradores, interiores… que no es posible meter en una única foto a no ser que tengas un ojo de pez. Ese objetivo tan divertido con el que todo cabe con un sólo disparo.
Descubre lo que un Objetivo Ojo de Pez puede ofrecerte
Es cierto que el ojo de pez deforma la imagen. Distorsiona las líneas convirtiendo las verticales en curvas que se cierran sobre el centro de la imagen. Pero, ¿a quién no le apetece jugar un rato?
Flandes es un lugar en el que abundan las plazas, los edificios altos, los interiores grandiosos… Vamos, un lugar perfecto para jugar con un ojo de pez.
1 La Grand Place (Bélgica)
Comenzamos nuestro viaje por Bruselas que, aunque se trata de una región autónoma de Bélgica, es también la capital de la región de Flandes –la organización territorial de Bélgica es mucho más complicada que la óptica de una cámara–.
Es ahí donde se encuentra una de las plazas más espectaculares del mundo: la Grand Place. En nuestro tercer viaje a la ciudad conseguí, por fin, meterla en una foto. ¡Gracias ojo de pez!
Por supuesto, había que meterla en una foto también de noche. La luz artificial que ilumina los edificios le da un aire romántico y ensoñador que no hay que perderse.
2 Galerías Reales de San Huberto (Bélgica)
Un lugar más donde merece la pena sacar el objetivo ojo de pez de la mochila en Bruselas: las Galerías Reales de San Huberto, Saint-Hubert. Se consideran las más antiguas de Europa que conservan su estado original, el que las vio nacer en 1847.
En su interior, además de muchos otros negocios, está la primera tienda de Neuhaus, donde se inventó el bombón.
3 Muelle del Rosario, Rozenhoedkaai (Brujas)
Saltamos a Brujas, una de las ciudades más románticas de Europa, la llamada Venecia del norte por sus canales y sus puentes. Es uno de sus canales –en realidad, un muelle– el lugar más fotografiado de la ciudad. Hablamos del muelle del Rosario, Rozenhoedkaai. La imagen de la casa en la curva del canal, la torre cívica –el Belfort–, las barcas turísticas, el puente… el ojo de pez consigue meterlo todo en una imagen.
Como sucede con la Grand Place de Bruselas, también hay que volver de noche para disfrutar de ese rincón brujense.
4 Azotea del Concertgebouw (Brujas)
Dos lugares más requieren del uso del ojo de pez en Brujas. Dos miradores desde los que disfrutar de la ciudad antigua: la azotea del Concertgebouw –la sala de conciertos– y el Belfort –la torre cívica–.
Será aquí donde disfrutemos de esa curvatura de la tierra artificial que ofrece el objetivo.
5 Torre Belfort (Brujas)
Acabamos nuestro paseo con ojo de pez por Flandes en Amberes con dos imágenes de arquitectura que no pueden ser más diferentes entre sí.
6 Edificio de la Autoridad Portuaria de Amberes
Comenzamos por el edificio de la autoridad portuaria, obra de Zaha Hadid. Un antiguo edificio que albergó un cuartel de bomberos que se quedó pequeño. ¿La solución? Añadirle unas plantas de cristal –en referencia a los diamantes, Amberes es la ciudad por la que pasan la mayoría de los diamantes del mundo– en la parte superior.
Eso sí, sin modificar nada del edificio original.
7 Estación de Tren de Amberes-Central
El último: la estación de tren de Amberes-Central. Un edificio de principios del siglo XX en el que conviven la piedra de su hall central con el hierro y el cristal de la zona de andenes.
Casi una catedral cívica que te deja asombrado al llegar a la ciudad y de la que no te quieres despedir al irte. Un interior tan grandioso que, de nuevo, hace imprescindible el ojo de pez para conseguir mostrar una parte de su belleza.
Es imposible no divertirse con un ojo de pez, lo difícil es quitarlo de la cámara para colocar otro objetivo…