Una vez más, seguimos a Albert Sans en su nueva aventura. Albert, nos cuenta su último viaje a través de su Lumix GH3. Siempre acompañado de su bici y esta vez adentrándose en el mar, nos cuenta su experiencia escrita y capturada con asombrosas imágenes. ¿Le acompañamos?
Fotografía realizada por Lumix GH3
Tras “el pueblo”, la navidad, fin de año y esas cosas, arranco de nuevo más Sancho Panza que Don quijote.
Algún molino se cruza en mi camino para recordármelo y burlarse de mi. Voy de nuevo hacia la costa buscando Cartagena y La manga, donde quiero echar un vistazo en los puertos, por si algún velero rezagado quiere cruzarme el charco.
Si soy un nómada que viaja por el mundo en bicicleta es por que antes, de jovencito, devoraba todos los libros que habían de vuelta al mundo en barco. Mi sueño era vivir en un velero y navegar por los 7 mares descubriendo nuevos rincones del planeta. Ahora lo hago sobre dos ruedas con Ona, pero algún día…
En Cartagena la temporada de los veleros ya había pasado y la única opción era ir hasta las islas Canarias cuanto antes al encuentro de los últimos rezagados, así que me busqué la vida hablando con los bomberos que me hospedaron de lujo, charlando con unos y otros, tirando de contactos y pateándome el puerto hasta conseguir embarcarme con Ona en un carguero rumbo a las afortunadas.
Fotografía realizada por Lumix GH3
El viejo Dalmatia, escondía muchas más cosas además de lo evidente, los secretos de la vida a bordo, la exótica cocina con platos rusos y polacos, la barbacoa en popa después del trabajo duro, los horarios y rutinas, las maniobras para mover esos contenedores hiperpesados, Algeciras, Gibraltar desde el mar…
También compartí alguna noche guitarrera con el joven capitán Roman en el puente de mando, salpicando las canciones con anécdotas y lecciones sobre el mar, además de tutoriales prácticos de como hacer llegar a esa mole de un puerto a otro.
Tuve el honor de tomar el timón y sentir que mis gestos gobernaban ese gigantón poderoso. Por suerte en mitad del Atlántico el margen de error es mucho mayor que en una carretera porque con los nervios algún estribor lo convertí en babor… ;P
Fotografía realizada por Lumix GH3
Cinco o seis días que se hicieron cortos hasta Tenerife donde hice mi primer sondeo en el puerto en busca de veleros aventureros. No hubo suerte así que me fui con el Dalmatia hasta Las Palmas, donde todos decían que sería más fácil porque en su puerto hay mucho más movimiento.
Entrañables días y entrañable despedida. Nunca olvidare al Dalmatia y su tripulación. Además de un gran obsequio final, me llevé una experiencia mítica que algún día contaré a mis nietos.
Fotografía realizada por Lumix GH3
Y en Las Palmas la cosa no fue fácil, éramos un montón los aventureros que queríamos cruzar el charco. Días intensos pero bonitos como la gente con los ojos llenos de sueños que me ha ayudado.
Lo conseguimos , encontré velero! Zarpamos a bordo del Pantarei, rumbo a Fernando do Noronha, en Brasil, ultima parada antes de pisar el continente.
Magne, el capitán, y Roi, el otro tripulante aprendiz, me recibieron como un amigo más y creo que va a ser la aventura más grande que he vivido jamás.
Fotografía realizada por Lumix GH3
Lo tantas veces leído, soñado y planeado ahora esta bajo mis pies…
Espero que os gusten las fotos del Dalmatia, en la próximo post nos esperan delfines, Cabo verde y la magia de cruzar el Atlántico. ¡Saludos!
