Descubrir el Empordà

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Fotografía realizada con una Lumix GX7

Supongo que quién más quién menos tiene algún lugar favorito, aquel en el que verdaderamente se siente a gusto, al que le encanta regresar periódicamente y que cada vez que lo hace, parece que sea como la primera vez que lo pisó. En mi caso, eso me sucede con una pequeña región en el interior de la Costa Brava, dentro de la comarca del Empordà. Coincidiendo con la noche de Reyes, pasé un par de días en el pueblo de Sant Martí Vell, donde me alojé con mi familia en un apartamento rural en la Masia Can Bonet.

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Fotografía realizada con una Lumix GX7

Aunque reconozco que necesito el ruido en mi día a día, y que soy más bien urbanita, siempre me he sentido atraída por la vida en el campo, y supongo que si la disfruto tanto es porque sólo la tengo a mi alcance en pequeñas dosis. Para aquellos que no hayáis estado nunca por esta zona de Cataluña, os animo a que alguna vez os dejéis caer por allí. Podéis empezar la ruta en el pueblo de Monells, famoso por los arcos que rodean su plaza donde además se encuentran varios restaurantes en los que detenerse para comer o tomar algo. Otra parada obligada es Púbol, el pueblo más turístico de la zona puesto que en él se encuentra el Castillo Gala Dalí y que sin duda merece una visita. En esta época del año está cerrado al público, así que nos quedamos con las ganas de volverlo a ver.

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Fotografía realizada con una Lumix GX7

A tan sólo 5 quilómetros se llega a Madremanya, con sus calles empedradas y una oferta de alojamiento muy recomendable, con hasta con 3 hoteles rurales, todos ellos de gran calidad y muy bien valorados en los diferentes portales de reservas. Y justo al lado está Sant Martí Vell, donde la reconocida diseñadora italiana de joyas Elsa Peretti ha establecido su particular refugio. Muchas de las casas del pueblo son de su propiedad, además de haber llevado a cabo su rehabilitación como también la de la iglesia. Para ella, es aquí donde encuentra la inspiración para llevar a cabo sus diseños que han lucido grandes estrellas de Hollywood.

El paisaje del Empordà recuerda en parte a la Toscana, por sus colores, sus atardeceres, sus pueblos idílicos y también su gastronomía. Se trata de un destino perfecto para una escapada romántica y ahora que somos 3, también puedo decir que también es ideal para ir con niños. Gala disfrutó muchísimo viendo las ocas que tenían en la Masía donde estábamos alojados y vio llegar a los Reyes Magos en tractor, a los que pudo conocer en persona, más allá de que no hubo demasiado feeling en este primer encuentro (creo que no hay ni una foto en la que no salga llorando…). Y como ya ha empezado a andar, nos la llevamos a pasear entre los campos, donde es habitual cruzarse con grupos de ciclistas. Para los amantes de este deporte, el Empordà es casi un paraíso.

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Fotografía realizada con una Lumix GX7

Como soñar es gratis, me gusta imaginarme aquí viviendo algún día, o teniendo una casa donde ir en vacaciones o los fines de semana. ¿Cuál es vuestro lugar favorito? ¿Qué es lo que hace que para vosotros sea especial?

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