Como ilustrador especializado en fauna y flora mi estudio es, a menudo, la propia naturaleza. Además de cuaderno, lápices y acuarelas, siempre me ha acompañado una cámara fotográfica. Y desde hace algún tiempo una Panasonic Lumix DMC-FZ72 viaja siempre en mi mochila.
Las estancias en los lugares a los que voy a dibujar tienen una duración limitada, y las horas de luz, también. De modo que gracias a la fotografía, puedo llevarme al estudio una gran cantidad de información extra.
La imagen fija me sirve sobre todo para recoger información sobre la forma y el color. El video me permite comprender el movimiento.
Como ejemplo, os hablaré del agua. Dibujar el agua en movimiento es siempre un reto. Y al dibujar directamente del natural, es imposible “congelarla” como hacemos con la fotografía. Yo la observo, busco lo esencial de su movimiento y trato de plasmarlo en líneas y colores.
La posibilidad de filmar en video HD con la Lumix DMC-FZ72, me permite “llevarme” ese movimiento al estudio, volver a observarla con toda riqueza de matices y dibujarla de nuevo. Es ligera, compacta, y posee un Zoom óptico de 60 X que me permite “aproximarme” a los animales e insectos sin molestarles.
Documentar las jornadas de campo me permite abrir una ventana a través de la cual puedo compartir con mis seguidores las sensaciones que acompañan a la experiencia de dibujar animales, plantas ó paisajes del natural. Con un trípode ligero, puedo filmar el proceso de creación de una obra generando imágenes de gran calidad que como en esta ocasión, puedo compartir con vosotros.