Para mí, como ilustrador naturalista, es decir, especializado en representar la naturaleza y toda su diversidad, el contacto directo con esta, es vital, esencial. La observación y la comprensión de lo que veo me da el conocimiento básico. Es un proceso acumulativo. Una vez en el estudio, ese conocimiento me permite descartar las pinceladas incorrectas y reconocer los trazos y los colores que aproximan el resultado a la realidad. El estudio es el laboratorio donde experimentar, donde mezclar la experiencia visual con la experiencia técnica. Y trabajar con cualquier especie animal, como las aves, a menudo requiere disponer de mucha información que pueda llevarme hasta el estudio.
Hoy en día, Internet permite acceder a cantidades casi ilimitadas de información. Pese a ello, siempre que me es posible, prefiero utilizar mis propias imágenes y, en especial, vídeos de las especies que voy a dibujar.
Encontrar una herramienta que reúna ligereza, una óptica potente, un precio asequible y que genere imágenes con la suficiente calidad no ha sido posible hasta la aparición de las cámaras Bridge, cámaras compactas con un potente objetivo zoom. La Lumix FZ72 es mi herramienta de trabajo en este sentido.
El zoom, con una óptica que va desde lo que en una cámara de 35 mm equivaldría a 20-1200 mm, me proporciona un potente teleobjetivo con un más que aceptable f5.9, lo que me permite realizar fotografías a velocidades adecuadas sin abusar de un incremento excesivo de la sensibilidad, que supondría una pérdida de calidad de la imagen.
Una óptica de 1.200 mm equivale a 60 aumentos ópticos. Esto significa una aproximación equivalente a la que me ofrece mi telescopio terrestre o un costoso teleobjetivo, cuya calidad de imagen no suelo necesitar para mi trabajo como ilustrador con el consiguiente ahorro en costes, espacio y peso. Esto es muy importante para mi.
El zoom inteligente permite extender la aproximación hasta los 120 aumentos que, combinado con un sensor de 16 Mb, me permite realizar capturas mas próximas sin necesidad de recortar la imagen posteriormente, pese a una ligera pérdida de calidad.
Realizar fotografías o videos con una óptica tan potente no sería posible sin la utilización de un trípode, sino fuera porque esta cámara está dotada de un estabilizador de imagen que consigue lo aparentemente imposible.
La grabación de imágenes en movimiento en formato HD supone que cada fotograma tiene unas dimensiones de 1920 x 1080 pixeles, que a 25 fps implica poder llevarme al estudio una nutrida colección de imágenes de una calidad excelente.